Nací en Colombia, pero a nadie le cuadra. Cuando lo admito, se les antoja la coca. A veces saco un sobrecito de harina solo para confirmar sus prejuicios. Y no hay nada más placentero que ver cómo les cambia el color de la cara. Vivo en Polonia, donde soy igual de raro, pero con abrigo. Estudié cine en Estados Unidos, de donde salí con un diploma, algunas cicatrices y más preguntas.

Durante años dirigí comerciales, videoclips, programas de televisión y un largometraje que se estrenó en cines de Taiwán, cruzó Europa y asomó la cabeza en Estados Unidos... hasta que se atravesó la pandemia. Gané un premio a mejor película en Albania. Sí, Albania. La vida no siempre cuadra, y así es mejor.

He escrito tres novelas. Las Tres Reinas, una saga familiar con más tensión que un test de paternidad (opcionada para serie de televisión). Como Buey al Matadero, una historia con erotismo, sí, pero no del que se presta para paja fácil, sino del deseo incontrolado que hunde y destruye. Y una tercera que no puedo nombrar. No es metáfora. Literalmente no puedo. Hay abogados, pactos silenciosos y familiares que ya me dejaron de hablar. Pero existe. Y va a salir, aunque me arrastre con ella.

Tengo cuatro hijos, una esposa y más obsesiones que días libres. Lo demás… lo dejo en los libros. El que tenga curiosidad, que lea. Y si algo de esto te incomoda, tranquilo: también me pasa a mí.